aviones y naves espaciales...

pues eso... dos cosas que me gustan (los aviones y las naves espaciales)... y voy a buscar y quiero que comentemos todo lo que encontremos

lunes, 4 de abril de 2011

chicos comentarme que os parece esto...

Una nave espacial es un vehículo diseñado para funcionar más allá de la superficie terrestre, en el espacio exterior. Las naves espaciales pueden ser robóticas o bien estar tripuladas.

Cohete ruso Protón-K despegando con al módulo Zvezda para la ISS (Baikonur, 12 de julio de 2000).
Dado el escaso desarrollo real de las naves espaciales, gran parte de las ideas y desarrollos se encuentran todavía en el ámbito de la ciencia ficción, especialmente en la llamada ciencia ficción dura.
Una nave espacial es un vehículo diseñado para funcionar más allá de la superficie terrestre, en el espacio exterior. Las naves espaciales pueden ser robóticas o bien estar tripuladas.


Cohete ruso Protón-K despegando con al módulo Zvezda para la ISS (Baikonur, 12 de julio de 2000).
Dado el escaso desarrollo real de las naves espaciales, gran parte de las ideas y desarrollos se encuentran todavía en el ámbito de la ciencia ficción, especialmente en la llamada ciencia ficción dura.

Especificaciones de los propulsores de combustible sólido
  • Longitud: 45.6 m (149.6 ft)
  • Diámetro: 3.7 m (12.14 ft)
  • Peso vacio: 63,272 kg (139,491 lb)
  • Peso con carga máxima 590,000 kg
  • Empuje: 12.5 meganewtons
Introducción
La Tierra
Desde la perspectiva que tenemos en la Tierra, nuestro planeta parece ser grande y fuerte con un océano de aire interminable. Desde el espacio, los astronautas frecuentemente tienen la impresión de que la Tierra es pequeña, con una delgada y frágil capa de atmósfera. Para un viajero espacial, las características distintivas de la Tierra son las aguas azules, masas de tierra café y verde y nubes blancas contrastando con un fondo negro.
Muchos sueñan con viajar en el espacio y ver las maravillas del universo. En realidad todos nosotros somos viajeros espaciales. Nuestra nave es el planeta Tierra, viajando a una velocidad de 108.000 kilómetros por hora.
La Tierra es el tercer planeta más cercano al Sol, a una distancia de alrededor de 150 millones de kilómetros y el quinto en cuanto a tamaño de los nueve planetas principales. Tiene un diámetro de 12.756 kilómetros, solamente unos cuantos kilómetros más grande que el diámetro de Venus. Nuestra atmósfera está compuesta de un 78 por ciento de nitrógeno, 21 por ciento de oxígeno y 1 por ciento de otros constituyentes. Es el único planeta conocido que tiene vida, aunque algunos de los otros planetas tienen atmósferas y contienen agua.
La Tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene forma de pera. Cálculos basados en las perturbaciones de las órbitas de los satélites artificiales revelan que la Tierra es una esfera imperfecta porque el ecuador se engrosa 21 km; el polo norte está dilatado 10 m y el polo sur está hundido unos 31 metros.
Movimiento
Al igual que todo el sistema solar, la Tierra se mueve por el espacio a razón de unos 20,1 km/s o 72,360 km/h hacia la constelación de Hércules. Sin embargo, la galaxia Vía Láctea como un todo, se mueve hacia la constelación Leo a unos 600 km/s. La Tierra y su satélite, la Luna, también giran juntas en una órbita elíptica alrededor del Sol. A la Tierra le toma 365,256 días viajar alrededor del Sol y 23,9345 horas para que una revolución completa. La excentricidad de la órbita es pequeña, tanto que la órbita es prácticamente un círculo. La circunferencia aproximada de la órbita de la Tierra es de 938.900.000 km y nuestro planeta viaja a lo largo de ella a una velocidad de unos 106.000 km/h. La Tierra gira sobre su eje una vez cada 23 horas, 56 minutos y 4,1 segundos. Por lo tanto, un punto del ecuador gira a razón de un poco más de 1.600 km/h y un punto de la Tierra a 45° de altitud N, gira a unos 1.073 km/h.
Composición
Se puede considerar que la Tierra se divide en cinco partes: la primera, la atmósfera, es gaseosa; la segunda, la hidrosfera, es líquida; la tercera, cuarta y quinta, la litosfera, el manto y el núcleo son sólidas. La atmósfera es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Aunque tiene un grosor de más de 1.100 km, aproximadamente la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos. La litosfera, compuesta sobre todo por la fría, rígida y rocosa corteza terrestre, se extiende a profundidades de 100 km. La hidrosfera es la capa de agua que, en forma de océanos, cubre el 70,8% de la superficie de la Tierra. El manto y el núcleo son el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa.
La hidrosfera se compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La profundidad media de los océanos es de 3.794 m, más de cinco veces la altura media de los continentes. La masa de los océanos es de 1.350.000.000.000.000.000 toneladas, o el 1/4.400 de la masa total de la Tierra.
Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen casi por completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más abundante es el oxígeno (46,60% del total), seguido por el silicio (27,72%), aluminio (8,13%), hierro (5,0%), calcio (3,63%), sodio (2,83%), potasio (2,59%), magnesio (2,09%) y titanio, hidrógeno y fósforo (totalizando menos del 1%). Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades del 0,1 al 0,02%. Estos elementos, por orden de abundancia, son: carbón, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos más que en su estado libre.
La litosfera comprende dos capas (la corteza y el manto superior) que se dividen en unas doce placas tectónicas rígidas. La corteza misma se divide en dos partes. La corteza siálica o superior, de la que forman parte los continentes, está constituida por rocas cuya composición química media es similar a la del granito y cuya densidad relativa es de 2,7. La corteza simática o inferior, que forma la base de las cuencas oceánicas, está compuesta por rocas ígneas más oscuras y más pesadas como el gabro y el basalto, con una densidad relativa media aproximada d
10 millones de veces el peso del sol

Físicos de la Universidad de California en Irvine creen haber descubierto cuál es la masa de las galaxias más pequeñas. Gracias a dos potentes telescopios, analizaron la luz de 18 galaxias que orbitan alrededor de la Vía Láctea. Del estudio de su luminosidad y de su velocidad se desprende que pesan 10 millones de veces el peso del sol. Esta cifra no es un mero dato, ya que según los responsables de este estudio, puede ayudar a conocer mejor la materia oscura que está en el origen de las galaxias.

Según sus descubridores, esta masa podría ser el trozo más pequeño de esa sustancia invisible y misteriosa que llamamos materia oscura. Las estrellas que se forman esos bloques se unen hasta formar una galaxia.

Según los últimos datos recogidos por el satélite WMAP, el 23% del universo está constituido por esta sustancia extraña, que tiene peso y que rodea a las galaxias con un halo gigantesco, pero que es invisible. Aunque es invisible, esta extraña materia oscura puede ser observada por los científicos porque refracta la luz de las estrellas y, de esa manera, puede ser localizada por la cantidad de distorsión óptica que genera.

La materia oscura gobierna el crecimiento de la estructura del universo. Sin ella, galaxias como la Vía Láctea no existirían. Los científicos conocen cómo la gravedad de la materia oscura atrapa la materia hasta formar galaxias. También sospechan que de esa materia oscura surgen pequeñas galaxias que se unen hasta formar grandes galaxias, como la nuestra.

"Conociendo la masa mínima de una galaxia, podemos comprender mejor cómo se comporta la materia oscura, lo cual es fundamental para llegar a saber algún día cómo el universo y la vida llegaron a formarse", comentó Louis Strigari, que dirigió este estudio.

La galaxia más pequeña

Las galaxias más pequeñas que se conocen son las galaxias dwarf, que varían bastante unas de otras en brillo: desde 1.000 veces más que la luminosidad del sol hasta las 10 millones de veces. Por lo menos 22 de estas galaxias orbitan alrededor de la Vía Láctea.

Los investigadores presuponían que las masas variarían: las galaxias más brillantes serían las más pesadas y las más tenues pesarían menos. La sorpresa fue, sin embargo, mayúscula: todas las galaxias estudiadas tenían la misma masa: 10 millones de veces la masa del sol.

Manoj Kaplinghat, uno de los coautores del estudio, lo explica usando una analogía en la que los humanos hacemos el papel de materia oscura.

"Supongamos que somos un alienígena que sobrevuela la Tierra identificando las áreas urbanas a partir de la concentración de luces por la noche. Asumiríamos que hay más gente allí donde más luces hay, o sea que habría más humanos en Los Ángeles que en Mumbai. Pero este no es el caso. Lo que hemos descubierto es que todas las áreas metropolitanas, aunque no se vean bien por noche, tienen la misma población: 10 millones de seres humanos".

Dado que las galaxias dwarf son básicamente materia oscura, la masa mínima descubierta revela una propiedad fundamental de esa materia oscura.



Júpiter


En el cielo terrestre, Júpiter aparece como un objeto de apariencia estelar, en ocasiones más brillante que Sirio.
Júpiter es el planeta de mayor tamaño del Sistema Solar, el que posee mayor masa y el que rota sobre sí mismo a más alta velocidad. Su aplastamiento es considerable y está relacionado con su gran rapidez de giro. Por otra parte, Júpiter se desplaza alrededor del Sol con un periodo de 11 años y 313 dias.
La superficie de Júpiter no es visible ya que está permanente y completamente cubierta por nubes. Es imposible establecer un límite preciso entre "superficie" y "atmósfera".
Con un telescopio de mediana potencia puede observarse que Júpiter presenta regiones de diferente color paralelas a su ecuador (bandas); son zonas estacionarias de nubes en rotación. En los turbulentos límites entre bandas se forman corrientes y torbellinos.
Las nubes se clasifican según tres capas: una superior de amoníaco, una intermedia de azufre y un tercera de hielo de agua. El componente principal de la atmósfera de Júpiter es el hidrogéno, el cual se halla combinado con nitrógeno y carbono. Las sondas espaciales también detectaron algo de helio. Además de estos elementos y en menor proporción, se han hallado metano, amoníaco, agua, monóxido de carbono y acetileno, entre otros.
Sobre las bandas aparecen detalles que se mantienen en el tiempo, como la Gran Mancha Roja; su tamaño permaneció prácticamente invariable desde su detección (hace más de 300 años), aunque desapareció durante los años 1888, 1912, 1916, 1938 y 1944. Los astrónomos consideran que se trata de un ciclón de enormes dimensiones.
Las sondas Voyager registraron relámpagos en la atmósfera de Júpiter cuya presencia es favorecida por la existencia de polvo .

Foto tomada por la sonda Voyager 1, NASA,
puede apreciarse la gran Mancha Roja
Se supone que Júpiter posee un núcleo rocoso de dimensiones desconocidas y compuesto principalmente por hierro y silicatos. Se estima que la temperatura de su núcleo debe ser cercana a T = 30.000 C, mientras que su masa sería equivalente a diez veces la masa terrestre y rodeado completamente por una capa de hidrogéno metálico a 10.000 C y a una presión de un millón de atmósferas.
El análisis de las sondas espaciales, sugiere que Júpiter consiste prácticamente de material solar que no ha sufrido modificaciones desde su origen. Es de suponer que la mayor cantidad de materia que no fue condensada en el Sol, formó parte de Júpiter. Si entonces Júpiter hubiese tenido al menos 12 veces la masa que tiene hoy, hubieran podido iniciarse reacciones termonucleares en su interior, de modo similar a lo que sucede en las estrellas; desde este punto de vista, podemos decir que Júpiter puede considerarse como una estrella frustrada. Con dimensiones semiestelares, la energía interna de Júpiter, aunque muy inferior a la de las estrellas, es comparable a la que el planeta recibe del Sol.
Un anillo de pequeñas partículas sólidas rodea a Júpiter por su ecuador, extendiéndose hasta casi 53.000 km del límite de su atmósfera. Se fotografió por primera vez en 1979 y tiene una densidad casi mil millones de veces más débil que la densidad del anillo de Saturno. Por último, señalemos que Júpiter tiene más de 17 lunas.


La estrella más grande del universo (conocido)

Nuestro Sol responsable de la vida y de la evolución misma -ya que su radiación fue uno de los principales promotores de mutación en los genes de los organismos primitivos con poca protección externa- es una estrella relativamente ordinaria y poco interesante.
Es importante además considerar que solo conocemos una fracción infinitesimal de las estrellas que existen en nuestra galaxia, mucho menos aun en el universo. De hecho, para ilustrar esto, podemos observar que las actuales “peso pesado” del cosmos han sido descubiertas hace solo 2 años y muy posiblemente en los confines del universo existan estrellas que dejen a las que actualmente consideramos como masivas en el rango de canicas.
La más grande
Descubierta hace escasos años VY Canis Majoris (VY CMa) es tan enorme que ha puesto en pie de guerra a los astrónomos ya que nadie sabe bien como catalogarla. Algunos prefieren hacerlo con la definición más grande actual, la de “súper gigante”, mientras que otros dicen que es tan grande que merece una escala nueva para si misma de “hiper gigante”.
Entre en la categoría que entre de algo si podemos estar seguros: con su volumen colosal, de unas 1800 a 2100 veces superior al de nuestro Sol, VY Canis Majoris es tan grande que si reemplazáramos nuestra estrella por ésta otra su radio se extendería hasta Saturno (lo que no nos conviene porque nosotros nos evaporaríamos en un santiamén). Click aquí para ver una comparación entre esta coloso y nuestro humilde Sol.
La más densa y brillante
Durante años la estrella Pistola fue considerada como la más brillante conocida, mas de 6.8 millones de veces que el Sol. Sin embargo, hace pocos años salio a la luz (cuac) LBV 1806-20, una gigante azul que brilla unas 38 millones de veces con mayor intensidad que nuestro Sol y posee una masa de unas 130 a 150 veces. Ubicada a unos 50 mil años luz esta estrella con sus escasos 2 millones de años es un bebe (nuestro Sol, una estrella “joven-adulta”, tiene unos 5 mil millon









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